¡SÍ Y MIL
VECES SÍ!
Por Ita
María
Nací en un país en guerra, una guerra que nunca
sentí cerca pero que siempre estuvo ahí,
condicionándonos a mí y a todos los míos a un estigma pesado difícil de llevar;
por eso precisamente siento que los motivos para darle el SÍ a esta salida
histórica al conflicto, son más bien ajenos y lejanos, pero no por eso menos
válidos y urgentes. Para nadie es secreto que en esta guerra, la mayoría de
muertos los han puesto los pobres; ambos bandos nutren sus listas de la falta
de oportunidad, de la pobreza, de la falta de educación y de mil problemas más
que son causa y no consecuencia. Ellos, las víctimas de este conflicto, llevan
años mandando a sus jóvenes al ejército o viendo cómo la guerrilla se los
lleva, porque no tienen más opción y son justamente ellos los más interesados
en que ese círculo vicioso se rompa de una vez por todas.
Por todas esas voces que pueden no tener tanto
eco en redes como un expresidente dolido y temeroso de la paz es que vale la
pena levantar las nuestras, pararnos de la comodidad de nuestras camas y votar;
porque tristemente, el destino de los campos se define en las ciudades. Creo
que el fin del conflicto armado con las FARC no será la paz inmediata pero sí
el comienzo de un proceso que nos va a tocar continuar y terminar a nosotros y
a nuestros hijos, pero definitivamente es un paso que nos aleja de esa historia
de guerra y violencia que nos agobia, es un paso que hay que dar sin miedo y
con fe, fe en nosotros como sociedad y como país.
Y votaré por ese SÍ convencida y sin dudas,
porque creo que vale más una paz imperfecta que cualquier vida perdida; porque
creo en darle otra oportunidad a esas personas, que terminaron donde están
porque justamente no se les dio espacio para hacer política en su momento. Creo
que esas curules y esos subsidios mientras se reintegran a la sociedad para
evitar que desmovilizados terminen delinquiendo como pasó con los paramilitares
cuando Uribe firmó sin consultarle al pueblo una paz mucho más viciada y
sospechosa que esta, tan transparente que firma Santos ahora, son un costo
insignificante al lado de la cantidad de vidas que se van a salvar, de la
garantía de no repetición de tantos crímenes atroces que se han cometido de
lado y lado en nombre de esa guerra y de la posibilidad de un nuevo camino por
la vía de la negociación, sin armas, sin extorsiones, sin secuestros, sin minas
antipersona, sin niños en la guerra, sin desplazados por la violencia y sin
tanto odio y rencor que algunos insisten en cultivar.
Los muertos los han puesto otros y si esta
guerra continúa (como me temo pasaría si rechazamos el acuerdo) los seguirán
poniendo los mismos; para muchos de nosotros el acuerdo no cambia nada, pero
seguiremos financiando la guerra con nuestros impuestos y con vidas ajenas y
eso nos hace cómplices; y yo no quiero ser cómplice de ningún tipo de
violencia, mi voto al SÍ será mi primer aporte y mi compromiso por perdonar y
aceptar una nueva sociedad con desmovilizados que quieren reintegrarse será el
siguiente. Voto sí y mil veces sí por la oportunidad de resolver este conflicto
de manera diferente, voto sí porque siento que les debo a las víctimas mi brazo
y apoyo por cuenta de tanto silencio y apatía y porque los métodos violentos no
nos han dejado nada bueno, solo muertos, odios, retraso, desigualdad y miedo,
el mismo miedo que intentan reforzar con patrañas las voces del no.
¡YO VOTO SÍ Y MIL VECES SÍ!
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