lunes, 26 de mayo de 2014

¡La abstención es el nuevo presidente!

El domingo pasado (mayo 25), se vivió "la fiesta de la democracia" para elegir presidente de Colombia entre cinco candidatos, tres hombres y dos mujeres (ellas con una votación histórica), con distintas ideologías políticas (izquierda, derecha y centro) y con unos electores determinados. Fue una campaña intensa, marcada por escándalos que a la final no influyeron en la intención de voto, pues existió en este caso, un fervor inusitado por algunos candidatos, cual si los electores se encontraran defendiendo una religión o un equipo de fútbol. Recordé por momentos al famoso pastor Gámez en Nariño, que a pesar del publicitado video donde tenía relaciones íntimas con muchachas de su iglesia, sus ovejas lo seguían defendiendo. O que decir de las pasiones que sienten los  hinchas en el fútbol, que por nada del mundo cambiarían de equipo. Así es la política, genera devociones y pasiones, cada parte en la contienda pretende tener la razón y los votantes se aferran a una corriente u otra, sin importar -en el fondo- las propuestas de los candidatos.

Así somos, así es la condición humana y la verdad, no me atrevo a decir que alguno tenga la razón o esté equivocado, pues de eso se trata la democracia y debemos aprender a aceptar la diferencia. Lo que sí me pone a pensar es que existan personas a las que no les interese quién va a gobernar el país por cuatro años y que por ese hecho, se elijan candidatos cuya legitimidad puede ponerse en duda. La abstención siempre ha estado en las contiendas electorales en los países democráticos donde el voto no es obligatorio, pero que esta llegue al 60 por ciento es algo tristemente sorprendente. Históricamente ha estado entre el 42 y el 55 por ciento -que ya es preocupante- pero esta vez la cifra es bastante aterradora, pues no legitima el resultado y da cuenta que en el país el número de personas indiferentes, supera el de votantes.

Desconozco si existen estudios o investigaciones sobre este tema, pero considero que después de un diagnóstico, el gobierno y las familias deberíamos hacer educación electoral desde los primeros años escolares para que se tome conciencia sobre la importancia de este derecho político, que por supuesto, hace parte de los derechos humanos. Falta la segunda vuelta y veremos en últimas cuál es el porcentaje de los indiferentes. Por ahora podemos decir que ¡La abstención es el nuevo presidente!



La caricatura fue tomada de la red

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